Control de esfínteres
El control de esfínteres es la capacidad que tienen las personas de manejar la salida y retención de excremento y orina. Es un proceso que normalmente se desarrolla en los primeros años de vida. Sin embargo, en cada cultura se lleva a cabo de distintas formas, pues implica varios aspectos a nivel familiar e individual de cada niño. La Dra. Leyla Arroyo nos da algunos consejos para lograr que nuestros hijos logren ir al baño de la manera más armoniosa posible:
No existe un consenso que nos diga la edad exacta en que los niños deban controlar sus esfínteres. Es preciso entender que cada niño es diferente y llevará a cabo este proceso cuando esté listo. Ellos nos darán avisos, así que debemos ser pacientes y esperar las señales.
Los niños necesitan alcanzar cierta madurez neurológica y motora para controlar sus esfínteres. Es decir, deben sentirse incómodos cuando estén mojados y ser capaces de expresarlo. También es importante que logren colocarse en la posición adecuada para hacer del baño y que tengan la habilidad de subir y bajarse sus pantaloncitos. Antes de que esto suceda no podemos esperar que los pequeños controlen sus esfínteres.
En algunos países se comienza el entrenamiento a los 18 meses, en otros se sugiere que sea después de los 24. Sin embargo, yo recomiendo que sea entre los 21 y 36 meses, ya que a esa edad los niños tienen todas las capacidades antes mencionadas.
Es muy común que las niñas logren primero ir al baño solas. Tómalo en cuenta cuando tengas más de un hijo.
Debido a que puede darles un poco de miedo utilizar el baño normal, es favorable utilizar uno de su propio tamaño, con ilustraciones de sus personajes favoritos o colores llamativos. También puedes motivarlos con ropita interior de su agrado. Te sugiero usar de la que está hecha con material absorbente, pues si ocurre un accidente será más fácil limpiarlo.
Aunque haya guarderías, kinders o daycares que cuenten con técnicas especializadas para que los niños vayan al baño, debemos recordarles que no sólo en la escuela deben avisar, sino también en casa.
No es recomendable despertarlos en las noches. Sugiero que pongamos atención en las horas del día en las que hacen del baño y llevarlos en esos momentos. Generalmente es después de comer para hacer popó y cada dos horas para hacer pipí. Esta frecuencia se debe ir alargando cada par de semanas.
No se recomienda dar grandes elogios o recompensas cuando los niños logren orinar o defecar en el baño. Debemos pensar que controlar los esfínteres es un evento natural como caminar o comer. Los niños deben comprender esto para que cuando fallen no sientan rechazo por parte de sus padres.
Si ocurriera algún accidente es importante que no los regañemos, el niño o niña debe sentirse en un ambiente de confianza en el que se le recuerde que no es nada malo y que la próxima vez será mejor. Tampoco debemos compararlos con otros niños, incluyendo a sus hermanos. Esto sólo traerá efectos negativos.
Ten paciencia y no te desesperes. Recuerda que todos los niños sanos lograrán controlar sus esfínteres y seguramente será antes de que cumplan 5 años. Si esto no sucede así, entonces es importante que acudas con un especialista para que descarte la posibilidad de enuresis o encopresis, trastornos físicos que impiden el control de esfínteres. Toma en cuenta que la ansiedad también puede ser un factor importante.
Fuente: tipkids