¿Cómo tratar el estrés postraumático?


El TEPT en adultos

El trauma sucede por trastornos emocionales en la persona producto de la exposición a circunstancias o eventos graves o catastróficos (como pueden ser atentados, violaciones, secuestros, torturas, muertes inesperadas de familiares, guerras, abusos sexuales en la infancia, etc) Y cualquier situación de este tipo exige un esfuerzo muy importante para afrontarlo. Este puede manifestarse en pesadillas, insomnios, perturbaciones emocionales, apatía, irrealidad, etc.

En un primer momento, una vez ha sucedido el evento, la mayoría de las personas muestran sentimientos de preocupación y ansiedad. Manifiestan a su vez, síntomas disociativos como puede ser:

  • Embotamiento o ausencia de respuestas emocionales
  • Amnesia para recordar una parte importante del trauma
  • Desrealización siendo esta una sensación de que el entorno es irreal, sentirse desconectado
  • Despersonalización que distorsiona el cuerpo y la propia identidad «estar fuera de sí mismo»
  • Reducción de la atención y aturdimiento.

Otros síntomas

  • Evocaciones intrusivas y recurrentes
  • Sueños angustiosos recurrentes del suceso vivido
  • Sentirse como si el suceso traumático se repitiera constantemente
  • Angustia psicológica o reacción física intensa al ser expuesto a eventos similares al trauma vivido
  • Evitación constante a los estímulos relacionados con el trauma
  • Tener la sensación de quedarse petrificado, sin posibilidad de reacción que implica esfuerzos para evitar los sentimientos asociados con la sitaución traumática.
  • Incapacidad para recordar algún aspecto importante del momento traumático.
  • Disminución del interés en actividades anteriormente importantes para el sujeto
  • Sentimiento de aislamiento, sensación de futuro limitado y de ansiedad.

En ocasiones, el trastorno de estrés postraumático puede derivar en la auto recriminación, creencias frustradas, adicciones, alteraciones en el humor, cambios en la personalidad, comportamientos impulsivos, quejas somáticas, ansiedad de morir, automutilación y otras conductas autodestructivas.

El TEPT infanto juvenil


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La evaluación del estrés postraumático en niños y adolescentes debe tener en cuenta necesariamente las vicisitudes del desarrollo del entorno psicosocial en donde el suceso traumático tuvo lugar. Es evidente que estos trastornos presentan diferencias en estas edades, atribuibles al estadio evolutivo del desarrollo y a factores del contesxto socioeconómico y cultural.

Las experiencias traumáticas alteran las expectativas infantiles, configurando conceptos catastróficos acerca de ellos mismos y de los demás, lo cual genera una impronta sobre las actitudes presentes o pronósticos negativos acerca del futuro. Se debe tener en cuenta en los niños y adolescentes:

  1. La experiencia subjetiva del evento traumático
  2. El riesgo de exposición
  3. La naturaleza y respuesta al estrés agudo
  4. La construcción y evolución de los recuerdos y narrativa traumáticos
  5. El medio escolar y comunitario
  6. Las relaciones con su entorno
  7. La influencia de los roles parentales
  8. Y las estrategias de prevención e intervención.
Es extremadamente duro para los niños muy pequeños sentir que no están protegidos cuando sucede algo traumatizante. Podrían reaccionar volviéndose niños pasivos y callados y siendo niños que se asustan con facilidad. Es posible que se sientan menos seguros aunque estén recibiendo protección.

Los adolescentes reaccionan de manera diferente al estrés postraumático. Es fácil que ellos interpreten muchas de estas reacciones como regresivas o infantiles y que las interpreten como símbolos de “que se están volviendo locos”, de que son débiles o de que son distintos a los demás. Algunos adolescentes se sienten abrumados por los momentos de miedo que los invaden y por las reacciones psicológicas exageradas que experimentan. Pueden llegar a pensar que son diferentes a los de su clase por el dolor y sufrimiento en que viven. Estas reacciones podrían tener como resultado la sensación de aislamiento personal.

 ¿Cómo tratar el estrés postraumático?


La terapia psicológica cognitiva conductual es el tratamiento más efectivo para el TEPT.
A menudo, los traumas hacen que la gente esté en constante lucha con recuerdos y pensamientos del evento traumático. Puede “quedarse bloqueado” en esos pensamientos traumáticos y sentir que no puede avanzar. La terapia ofrece habilidades para controlar esos pensamientos angustiantes. Ayudará a entender la situación vivida y la manera en que éste cambió su forma de verse a sí mismo, a los demás y al mundo en general. La terapia cambiará su forma de pensar y al cambiar los pensamientos cambiará su forma de sentir.

¿En qué consiste la terapia?

  • El paciente podrá conocer sus síntomas de TEPT y la forma en que el tratamiento puede ayudarle
  • Le hará ser consciente de sus pensamientos y sentimientos
  • Ayudará a adquirir habilidades para desafiar sus pensamientos y sentimientos (reestructuración cognitiva)
  • Podrá entender los cambios comunes en las convicciones que ocurren después de pasar por un trauma
  • Técnicas de relajación. La psicoterapia se encamina a desarrollar técnicas de relajación, como aprender a respirar correctamente ante una crisis provocada por el síndrome. Este tratamiento se puede combinar con métodos cognitivos para racionalizar los hechos traumáticos y también con terapia de choque, por la que se recrea la situación vivida para ayudar a la víctima a superarla y a perder el miedo que le produjo.

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www.cheapadultwebcam.com Publicado el 12 noviembre, 2014