Este es uno de los errores más comunes en las personas que dejan las cosas para mañana (procastinación), que no afrontan las situaciones en el presente y que tarde o temprano pasarán a sentirse apaticos, aburridos e infelices.

¿Vives esperando a que las cosas mejoren en tu vida para ser feliz?

No prolongues una actividad esperando a las circunstancias perfectas o generará una inactividad en tu vida que te permitirá seguir soñando y dándole vueltas a las cosas y podrás seguir quejándote de que tu vida siempre es lo mismo.

¿No será que a lo mejor esperas por esperar? Si es así, te podrás deprimir, no tendrás ganas de vivir y sentirás que no pasa nada interesante en tu vida, mezclado todo con una esperanza extraña de que algún día todo cambiará. Sin esfuerzos, sabrás algún día lo que tienes que hacer, algo así como tener un personal shopper pero de tu vida y que te solucionará tu vida.

Seguir esperando a que las cosas cambien en vez de ponerte tú a cambiarlas te ofrece una vida fácil que te cautivará pues pensarás que no hay obstáculos en tu vida y que el universo te encontrará el momento perfecto para empezar a vivir.

Como dijo la escritora Eugenia Medvedeva:

Dejé de esperar que el día de mañana todo fuese asombroso y carecer de problemas. Mi parte infantil deseaba tranquilidad, hasta que mi parte adulta notó que la serenidad ya existía en mi interior y que no dependían de los asuntos que resolver en el exterior.

Dejé de vivir en la espera y en ese mismo instante sentí mi alma absolutamente ligera, como si realmente empezara a vivir. Porque antes de esto solo pensaba en cómo debía vivir y de golpe, finalmente empecé a hacerlo. Dejé de esperar cosas de mí misma, siempre esperé que algún día saliera a la luz todo mi potencial, que escribiría muchísimos artículos y libros y que sería creadora de cosas fabulosas.

Dejé de esperar mis resultados y dejé de esperar cosas de los demás; que hagan algo bueno por mí, que me valoren, que sean amables y responsables conmigo. También dejé de esperar demasiado de mi pareja, como que me entendiera todo el tiempo o que hiciera lo que yo quería.

Las expectativas suelen detener la energía y la enfocan en un par de cosas. Generalmente en algo que ya tienes en mente, esto impide que fluya la energía y que la vida te regale lo mejor para ti. Y normalmente “lo mejor” es lo que tú menos esperas.

Aprendí a aceptar todo lo que la vida me ofrece en ese mismo instante.

¿Pero cuál es la razón por la que podemos caer en este terrible error?

El miedo. El miedo a hacerle frente a algo nuevo, a sentirnos defraudados por nuestras expectativas, a pensar que no valemos para algo grande si no que mejor esperar a que las circunstancias cambien y nos lo pongan fácil y sencillo. El temor a fracasar y sentirnos fracasados nos paraliza. Por ello, la mejor solución consiste en pasar a la acción. Si quieres algo muévete ya, no esperes a que las cosas cambien y sé feliz ahora. Es la única manera de disfrutar de tu vida y ser feliz, porque si te pasas la vida esperando, te darás cuenta de que se te ha ido de las manos y el tiempo no vuelve. Nunca es tarde para comenzar. Si necesitas ayuda, podemos ponernos en marcha y echarte una mano. No lo dudes.