¿Cómo desconectar del trabajo?
Si estás leyendo este artículo es porque probablemente estés viviendo tú o alguien cercano a ti, problemas para desconectar del trabajo, «rumiación de pensamientos» y/o autoexigencia, lo que se traduce en estrés, irritabilidad, insomnio, conflictos de pareja y/o familiares, ansiedad y dolencias físicas como problemas gastrointestinales, agotamiento o dolores de cabeza.
¿Cuáles son las causas de no desconectar del trabajo o preocupaciones?
Pueden ser de diversos tipos, pero es necesario que intentemos averiguar cuál o cuáles son las que nos están provocando dicha obsesión.
- Acoso laboral o moobing. Es frecuente que haya compañeros, clientes o el propio jefe que nos produzcan humillaciones o agresiones físicas o psicológicas.
- Personalidades exigentes y perfeccionistas: Cuando las expectativas son muy altas, produce enorme frustración no cumplir con los objetivos marcados.
- Estar quemado o burnout: Agotamiento producido por un periodo largo de tiempo que ha traído consigo un cansancio y deterioro motivacional, afectando al comportamiento general que se ha convertido en un trastorno crónico.
- Estrés: cuando hemos llegado al punto de no poder hacer frente a las demandas por exceso de obligaciones, falta de recursos para llevar a cabo las tareas, tanto físicos como materiales.
¿Cómo dejar de lado el trabajo?: Claves
La solución radica en lograr dedicarnos exclusivamente a lo que estamos haciendo en cada momento. El trabajo es una actividad más en tu vida, no lo único.
- Delegar: Nadie puede encargarse de todo uno solo, pide ayuda en la realización de tareas que se escapen de tus posibilidades. Lo que requiere un previo análisis de tus capacidades y conocimiento de uno mismo para saber de lo que es capaz o de lo que es conveniente que haga otro.
- Organización y planificación de tu tiempo: La gestión del tiempo es fundamental. Si pierdes el tiempo luego te sentirás agobiado por lo que se te acumula. Y a la vez, marca diferencia entre el ocio y el trabajo y cúmplelo.
- Procastinación: Habrás oído la frase «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy». Si pospones las tareas, aumentarás tu sensación de insatisfacción por ineficiencia aumentando tu estrés. Y no podrás quitarte de la cabeza aquello que te queda aún por hacer. También tiene que ver con no dejar conflictos laborales abiertos. Sé afrontativo y resuelve, en la medida de lo posible, los problemas con jefes o compañeros antes de irte a casa.
- Haz una lista de tareas pendientes para afrontarlas en una jerarquía de prioridades: en primer lugar, para evitar tener todo en la cabeza. Nadie puede retener tanta información al mismo tiempo. Sin embargo, si cada vez que recuerdas una tarea inacabada la apuntas en una lista de «tareas pendientes» te sentirás más relajado porque ya no tendrás que estar de manera constante, realizando el esfuerzo de recordarla. Este punto enlaza con el siguiente obligatoriamente.
- Márcate un momento concreto en el día para pensar: Estáte en cada momento en el presente y no pienses en nada más, porque ya tienes establecida una «lista de tareas pendientes». Pero de nada sirve dicho listado si nunca nos programamos un tiempo específico para leerlo. En ese momento podrás priorizar en las tareas más urgentes y pensar en los problemas y sus posibles soluciones.
- Fíjate un horario si te llevas trabajo a casa: Cúmplelo y no dejes que sea lo último que hagas en el día. Haz algo agradable antes de irte a la cama que logre relajarte, distraerte y mucho mejor, divertirte y llenarte de paz.
- Relaciones sociales agradables: Mantén relaciones con personas que te hacen sentir bien y en los que puedes apoyarte y ser de ayuda. Salir de los propios problemas y pensar en los de los demás, ayuda a relativizar los tuyos. Pero además saber escuchar y ser de ayuda a tus amigos generará en ti sentimientos de unión, amistad, alegría y paz.
- Márcate retos, actividades que te realicen y motiven.
www.cheapadultwebcam.com Publicado el 19 noviembre, 2016