Ludopatía
El juego patológico es el comúnmente conocido «jugador vicioso o ludópata» que se arruina en el juego y luego hace desfalcos para tapar las deudas, y destroza su vida familiar y profesional. Los rasgos que presenta son:
- deseo irrefrenable
- tensión y excitación previas
- y descarga al realizar el acto
Las tendencias a regresar al juego aumentan en los períodos de sobrecarga emocional o de esfuerzo. El jugador atribuye a sus problemas una mala racha que está convencido que va a superar la próxima vez.
Generalmente obtiene el dinero de otras personas lo sustrae o les estafa, hace un fraude o desfalco, en general con el vago propósito de devolver lo adeudado.
¿Tiene la ludopatía tratamiento?
¿Buscas cómo ayudar a un ludópata? El tratamiento terapéutico tiene el objetivo conseguir la abstinencia del juego y prevención de las recaídas.
Con la psicoterapia:
- La persona aprenderá poco a poco a controlar su impulso por jugar trabajando desde diversas áreas del pensamiento, comportamientos y emociones, etc.
- Con el tratamiento psicológico se podrán identificar las situaciones de riesgo y se pondrán en marcha otras actividades alternativas distintas al juego.
- Se generarán nuevos esquemas de pensamiento que ayudarán a resolver favorablemente situaciones anteriores en las que el individuo se decía «el juego me hace sentirme mejor» «no tengo un problema, yo controlo»
Se recomienda la práctica de la relajación generando opciones para convivir con la tensión, estrés, nerviosismo, etc.
Será necesario que aprendan también a resolver distintos conflictos personales e interpersonales que antes tenían como única respuesta posible el juego.
¿Cómo reconocer a una persona ludópata?
Algunas de las características de la persona cuando el juego empieza a ser un obstáculo para su bienestar :
– Pérdida de control por incapacidad para dejar el juego.
– Dependencia emocional respecto al juego. Éste pasa a ser el centro de su vida y todo lo demás carece de sentido. Sólo es feliz jugando y se siente mal cuando no puede hacerlo.
– Interferencia grave en la vida diaria y en sus relaciones tales como el absentismo laboral, pérdidas de amistades, deudas, conflictos en las relaciones familiares, etc.