Hablar, hablamos, y mucho, ¿pero nos comunicamos?

La falta de comunicación en la actualidad se debe en gran parte a que no sabemos escuchar a los demás. Probablemente conozcamos las estrategias pero con frecuencia las olvidamos. Estamos pendientes de lo que queremos decir y creemos que la escucha es automática, pero no es así, escuchar requiere de esfuerzo, de un esfuerzo mayor al de hablar. Entonces es cuando hablamos de escucha activa: escuchar, dar sentido a lo que se oye  y entender desde el punto de vista del que habla. Estar pendiente de los sentimientos, ideas y pensamientos latentes que se están comunicando. Para ello, debemos evitar:

• Distraernos. Es fácil distraerse en una conversación, sobre todo porque existe la curva de atención que al inicio es elevada pero luego disminuye a mitad del mensaje, por lo que deberemos hacer un esfuerzo adicional a mitad de la conversación para que nuestra atención no decaiga.
• Interrumpir al que está hablando contando nuestra historia, contra argumentando «pues a mí también me pasó eso…»
• Juzgar
• Ofrecer soluciones antes de haber escuchado todo el mensaje ofreciendo soluciones como si fueses el experto más absoluto sin haberle dejado siquiera acabar.
• Hacer caso omiso a lo que el otro siente «eso no es nada»

9 pautas para mejorar tus habilidades de comunicación