LA CONDUCTA EN LOS NIÑOS

 CUÁNDO INTERVENIR

1. Si el niño está pegando a otros
2. Detenerle si se está autolesionando
3. Frenarle si está destruyendo objetos de su alrededor
4. Si está enloquecido y fuera de control

QUÉ NO HACER

1. Etiquetarles con adjetivos negativos que atacan su autoestima haciéndoles creer que son lo que siempre le han llamado (torpe, bruto, pesado, malo, agresivo).
2. Generalizar. Si un niño hace algo malo, no aplicárselo a su persona si no a su acción diciéndole: –Esto que has hecho ha estado mal- pero no decirle – eres malo por lo que has hecho.
3. Amenazar hará que ellos imiten su comportamiento. Además generará en ellos actitudes negativas, de resentimiento y malos comportamientos. Busque la manera de darle la vuelta a la frase. Si su hijo no quiere ducharse, puede intentar animarle a que él explique cómo lograría estar limpio y no irse sucio a la cama, hablarle de las ventajas de hacer las cosas, preguntarle… Sabemos que es algo mucho más laborioso y complicado que emitir una simple amenaza, pero esto es un parche que a largo plazo no beneficia a ninguna de las partes.
4. Sobornando le estamos dando el ejemplo de sobornar a los demás en un futuro manipulando.
5. Castigar por falta de autocontrol de los padres o porque estén estresados o de mal humor. Su hijo no lo entenderá y le creará incongruencias emocionales, convirtiéndole en un niño reprimidos y de baja autoestima.
6. Poner castigos que no están relacionados con el mal comportamiento del niño crearán desconfianza en la figura paterna o materna.

QUÉ HACER

1. Establecer límites de acuerdo a la edad del niño. Poner horarios, especificar acciones concretar a poner en marcha, etc.
2. Escucharle con respeto y de manera activa. De esta manera les estaremos enseñando a escuchar a los demás a la vez que generamos confianza en ellos para que nos cuenten sus problemas, alegrías y logros.
3. Ignorar las acciones negativas de los niños ya que sólo buscan llamar la atención y manipular a los padres.
4. Por el contrario, ponga especial atención a sus logros y comportamientos positivos reforzándoles así las conductas adecuadas. Aprenderán que esa conducta es la correcta.
5. Usar un lenguaje adecuado a los niños y a su edad. Incluso preguntarle si ha entendido lo hablado para asegurarnos que el mensaje ha sido captado por completo, no vayamos a exigirles cosas que quizá comprendieron mal.

¿Dónde está la raíz del problema de comportamiento infantil?