¿Eres inseguro?

Aumenta la seguridad en ti mismo

La inseguridad se produce por la falta de confianza en uno mismo y puede llegar a formar parte de la personalidad del individuo cuando persiste desde hace tiempo y se manifiesta constantemente. No hablamos de una inseguridad producida por situaciones nuevas ante las que uno no sabe muy bien qué hacer o cómo comportarse, éstas son conocidas como situaciones de inseguridad.

A veces, los padres sobreprotectores crean estas personalidades inseguras en sus hijos al resultarles más difícil aprender a tomar decisiones por sí mismos, pues sus padres lo han hecho siempre por ellos y en muchos casos les infunden temores desproporcionados que les asustan y les llenan de dudas.

Los rasgos más frecuentes de una persona insegura es la falta de capacidad para tomar decisiones, por una disminución del concepto de su propia capacidad. Son personas que vacilan constantemente antes de tomar una decisión. Y este desasosiego les hace sufrir mucho cuando deben tomar una decisión importante ya que suelen tener un carácter retraído o inhibido, escrupuloso y repleto de remordimientos. Lo que les lleva a la pasividad y les hace retirarse y rechazan todas las tareas que requieren ser responsables. Suelen fracasar porque son los primeros en echarse la culpa. Es por ello que muchas veces buscan el apoyo de los demás, y son excesivamente dependientes de los demás.

Las personalidades inseguras realizan objetivos o se deciden con mayor facilidad a partir del consejo u opinión de otros, así si llevan a cabo una actuación que le han «mandado otros» si se fracasa, no se sentirán tan profundamente culpables.

También es la inseguridad uno de los radicales básicos de la timidez. En este caso se acentúa durante las relaciones interpersonales, especialmente en las relaciones sociales que exigen la presencia siultánea de un nutrido grupo de personas. En la timidez, se asocia la inseguridad a una disminución de la autoestima que puede tener su origen en un sentimiento de inferioridad.