Celos en la pareja
Celos patológicos
A nadie le gusta perder lo que quiere y en ocasiones, esa posibilidad puede generarnos miedo. Bajo este punto de vista, el del miedo, se puede comprender fácilmente por qué los celos llegan a generar sensaciones tan desagradables (angustia, tristeza, ira, ansiedad, etc…). Y es que en esencia, los celos, simplemente son eso: miedo. Un miedo que es consecuencia del sano y profundo instinto de conservar lo que tenemos y queremos. Por este motivo todos, en cierta medida, conocemos lo que son los celos.
Cuando los celos se vuelven un problema
Si los celos son moderados en intensidad y poco recurrentes, pueden ayudarnos a cuidar y valorar la relación. Sin embargo, en algunos casos, cuando los celos son muy frecuentes, intensos y duraderos y surgen sin ningún motivo, se vuelven patológicos. Es aquí cuando hay que pedir ayuda, ya que pueden perturbar profundamente a la persona y destruir la relación.
Origen de los celos
¿Por qué unas personas son más celosas que otras? En el origen de los celos intervienen múltiples factores, pero hay dos que se consideran determinantes: La inseguridad y la baja autoestima, por un lado. Y el mal manejo de la ansiedad por otro.
INSEGURIDAD. El celoso suele ser una persona, que de forma patente o encubierta, presenta gran inseguridad en sí mismo, por lo menos en el ámbito de las relaciones afectivas. A menudo, puede desconfiar de su capacidad para hacer feliz a la otra persona. Algunas veces, aunque esto no siempre ocurre, la persona celosa es la que más se adapta al otro miembro de la pareja, esforzándose más por mantenerla y provocando que el otro se esfuerce menos. Son estas, personalidades dependientes que dan demasiada importancia al ámbito de la pareja y que tienden a exagerar las consecuencias de un hipotético abandono.
ANSIEDAD. El otro aspecto destacable es el mal manejo de la ansiedad. Es este apartado el que explica la naturaleza obsesiva de los celos y su tendencia a provocar una necesidad excesiva de control. Como se decía al principio, los celos son, esencialmente, el miedo a ser abandonados por la persona querida. Ese miedo es generador de ansiedad y dependiendo de cómo la persona lo afronte se irá reduciendo de manera natural, o por el contrario se enquistará determinando una situación patológica.
Superar los celos es, en el fondo, acostumbrarse a un miedo, desgastarlo hasta que nos deja de preocupar.
¿Qué hacer?
1.- Refuerza tu autoestima: Con una autoestima alta te sentirás en condiciones de afrontar cualquier obstáculo que se presente en tu vida y además te sentirás digno merecedor del afecto de tu pareja.
2.- Llena tu vida. Se más independiente. Aprende a pasarlo bien solo. Deja espacio a tu pareja y evita ese impulso de preguntar en todo momento qué es lo que hace y con quién.
3.- Reflexiona sobre lo que sientes. Pensar con sinceridad en aquello que tememos nos ayuda a derrotar el miedo.
4.- Háblalo con un amigo de confianza. Ocultar el sufrimiento y negarlo ayuda a que se potencie. Además, otros puntos de vista te permitirán ver las cosas de forma más objetiva.
5.- Si de todas formas, por su intensidad y frecuencia no consigues controlarlos, pide ayuda profesional.