¿Tu Hijo Está Ansioso O Inseguro? Juntos Podemos Ayudarle


¿Qué es la ansiedad infantil? La ansiedad es una respuesta normal que se produce ante una situación que el organismo recibe como amenaza o peligro. Si esta ansiedad se produce por algo concreto, solemos llamarlo MIEDOS. Los miedos son respuestas instintivas de protección de los diferentes peligros que pueden acechar a los niños. Algunos miedos frecuentes pueden ser, miedo a las personas extrañas, a la oscuridad, a animales, a separarse de los padres… Éstos son miedos que suelen superarse.

Sin embargo, algunos niños (y también adultos) viven constantemente en ansiedad debido a miedos injustificados y preocupaciones constantes. Viven el día a día en continua sensación de miedo, sin saber por qué, sin que exista una causa que lo origine. En los momentos de ansiedad extrema se pueden dar síntomas tales como dificultad de respirar, vómitos, mareos… el individuo está pensando en que algo va a pasar, se producen problemas de concentración, trastornos del sueño, hiperactividad… Estos síntomas no son alarmantes si suceden de vez en cuando, pero si son persistentes, requieren de tratamiento especial.

¿Cuáles son los tipos más frecuentes de ansiedad en los niños?


Ansiedad por separación: «no quiero ir al colegio»

 Se caracteriza por el malestar que el niño  experimenta cuando debe separarse de sus seres queridos, y en especial de su madre. A menudo el niño que sufre este trastorno tiene fantasías catastrofistas y se imagina que le sucederá algo que le impedirá volver con su madre. Un cierto grado de ansiedad de este tipo es normal, pero empieza a ser preocupante cuando sucede si la madre tiene que ir al trabajo, en la guardería o en casa de un amigo. Ha de abordarse el problema cuanto antes, ya que con frecuencia el niño se niega a ir al colegio, además de comportarse a base de súplicas y pataletas.

A menudo el niño desarrolla tics nerviosos, tartamudea, se muerde las uñas, vomita, le duele el estómago o la cabeza en el momento de la separación o incluso si intuye que va a suceder, por ejemplo si oye hablar de un viaje de trabajo de la madre.

Como consecuencia, pueden producirse otros miedos o fobias como:

  • miedo a estar solo,
  • miedo a la oscuridad,
  • miedo a dormir fuera de casa,
  • la aparición de terrores nocturnos.

Causas más frecuentes de este trastorno se producen en el seno de la familia, como puede ser un divorcio o separación, una ausencia real o enfermedad de uno de ellos o del propio niño. Si los niños se han criado si uno de sus padres o sin ambos; O uno de ellos, sobre todo la madre, ha tenido que ausentarse durante un periodo prolognado de tiempo, pueden aparecer sentimientos de inseguridad. Y el hecho de permanecer sólo con uno de los padres, puede ocurrir que se sienta rechazado, mimado o sobreprotegido. Por lo que un hogar estable y seguro es la mejor protección contra la ansiedad en el niño.

Por el contrario, la sobreprotección excesiva, muchas veces consecuencia de padres miedosos e inseguros, el control riguroso de cada uno de los aspectos del desarrollo del niño, limitarle a decidir y solucionar sus propios problemas pueden generar en el niño, ansiedad, inseguridad y  miedos. Decirle excesivamente qué debe ponerse, qué debe comer, hacerle absolutamente todo en casa, vigilarle a todas horas…. son actitudes que impiden que el niño alcance la madurez necesaria para afrontar la vida. No debemos olvidar que el niño imita nuestros comportamientos temerosos, obsesivos e inseguros. Es labor del niño aprender gradualmente a enfrentarse a las dificultades, porque si no, se sentirá inseguro cuando las tenga delante. Para que tu hijo se sienta seguro, necesita ser autónomo.

La ansiedad puede producirse por cambios de casa, ciudad, un nuevo hermano, cambio de colegio, etc. Padres que van de ciudad en ciudad, de trabajo en trabajo, pueden inducirles estos sentimientos de inseguridad y ansiedad.

Ansiedad por evitación o temor a los extraños «no tiene amigos»


Se caracteriza porque el niño evita el contacto con personas desconocizas. Ante la presencia d epersoas extrañas a menudo se esconde evitando responder a sus preguntas o mirarles a los ojos. Rehúye jugar con otros niños y tiene problemas para relacionarse con sus compañeros e integrarse en el colegio. No quiere ir a cumpleaños o se queda llorando, sólo juega en los columpios cuando no hay niños cerca. En casa suele ser dócil y fácil de tratar, sólo es hostil cuando se le obliga a relacionarse con los demás. Con personas desconocidas intenta pasar desapercibido.

Otra causa del temor a los extraños puede ser el temor a no ser querido y la falta de autoestima. Un niño cuyos padres son excesivamente rígidos y exigentes que le echan en cara continuamente sus fallos y defectos pueden dar como resultado un niño poco sociable e inseguro. Igualmente, unos padres inconsistentes puede generar el mismo temor a los extraños, ya que el niño no sabe qué es correcto y qué no y puede refugiarse en la timidez e inactividad.

Para darle seguridad, refuerza su autoestima.

Con el paso del tiempo se hacen niños inseguros y tímidos sin capacidad para decir lo que quieren hacer o decidir. Y pueden consolidarse en forma de depresiones infantiles.

Si tu hijo no tiene amigos, estate atento.

Estoy hay que diferenciarlo del trastorno transitorio en los niños del temor a los extraños, frecuente en hijos únicos entre cinco y siete años y suele suceder en al inicio del año escolar o de la guardería.

Si los padres son poco sociables, tienen pocos amigos y son inseguros, contribuyen a crear en el niño una actitud similar. Para los hijos, los padres son el principal modelo.

Falta de seguridad o ansiedad excesiva


Existen casos en los que los padres, por sus propios problemas emocionales, o por excesivo trabajo profesional no prestan a sus hijos la atención, el tiempo y el afecto que necesitan y pueden sentir rechazo y miedo a sentirse abandonados. Para que tu hijo se sienta seguro, necesitará sentirse querido, sentirse aceptado.

Cuando un hijo presenta una ansiedad excesiva, todo el día está preocupado. Parece que es incapaz de disfrutar de las cosas y relajarse. Cuando consigue algo en lugar de disfrutarlo ya está pensando en otra cosa. A la edad de 6 años, un niño puede preocuparle mucho lo que piensen de él sus amigos, si invita a amigos/as a casa, todo tiene que estar perfecto y para el/la niño/a todo es un agobio. Hay veces que a los padres esto no nos extraña, pues el padre o la madre es igual, se piensa que será cosa de los genes. Sin embargo, uno puede sentirse preocupado pues sabe que ser así le puede hacer sufrir mucho y no quiere que esto le suceda a su hijo/a. El problema es que no sabe cómo hacerlo. Los padres pueden ser muy perfeccionistas y pueden exigir mucho a los hijos.

Este tipo de comportamientos pueden ocasionar en el niño, dolores de estómago, problemas del sueño, incluso tics nerviosos. Y puede resultar agotador/a pues no paran quietos ni siquiera frente a la televisión, no pueden parar de moverse.

El niño puede empezar a agobiarse por todo, se preocupa en exceso sin justificación. Por llegar tarde, por los exámenes, por cumplir sus obligaciones, por quedar bien… y quieren que todo esté perfecto. Por lo que cualquier cambio de la rutina genera una gran ansiedad. Este es un cuadro general de ansiedad excesiva. Este cuadro de ansiedad surge sin un principio claro y suele cronificarse con el paso del tiempo. A menudo este cuadro se prolonga a lo largo de de vida adulta como un trastorno de ansiedad generalizada.

Es mucho más eficaz fijarte en lo que tu hijo hace bien que en criticar continuamente sus faltas.

En la mayoría de los casos la ansiedad es el resultado de sentimientos básicos de inferioridad e inseguridad. Unos padres excesivamente críticos, perfeccionistas y exigentes pueden hacer que el hijo se sienta culpable y experimente miedo ante cualquier nueva situación. En estos casos el niño tiene una necesidad imperiosa de aprobación y autoafirmación y está en constante lucha para conseguir la aprobación de sus padres, con lo que se muestra extremadamente angustiado cuando sus conductas son desaprobadas o corregidas por otras personas. A su vez se trata de padres inseguros que necesitan que sus hijos sean perfectos.

Muchas veces, los padres perfeccionistas establecen metas y objetivos poco realistas y difíciles de conseguir. Cuando su hijo con toda la ilusión les muestra el dibujo que ha hecho en el colegio sólo se fijan en si se ha salido de la raya… y si un niño está siendo criticado constantemente, pocas veces es elogiado, es fácil que genere sentimientos de inseguridad e inadaptación. Lo mismo sucede con la comparación desfavorable con otros hermanos. Al niño se le pone como modelo a imitar su hermano.

Evita compararle con los demás y acéptale como es

Publicado el 23 junio, 2015